Con la llegada de las buenas temperaturas, los urogallos que pueblan los valles de Asturias dejan su timidez a un lado y se entregan por completo al rito de la reproducción, dejándose ver por aquí y por allá con sus bailes, gorjeos y aleteos.
Aprovecha esta oportunidad para ver a una de las especies protegidas de la península ibérica en su etapa de mayor actividad social, observa como canturrean para cortejar a su pareja y contempla como pelean para convertirse en el macho alfa que transmita sus genes a la siguiente generación.
¿Cuándo? Durante la primavera.
¿Dónde? En los cantaderos de los alrededores de Llananzanes.
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