Llueva, nieve o haga calor, si hay algo que nunca falta en los parajes asturianos son las setas: basta con que haya un poco de agua en el ambiente para que empiecen a brotar en los lugares más insospechados.

Con la llegada de las buenas temperaturas, los urogallos que pueblan los valles de Asturias dejan su timidez a un lado y se entregan por completo al rito de la reproducción, dejándose ver por aquí y por allá con sus bailes, gorjeos y aleteos.

Durante los meses de Octubre y Noviembre, los caminos y bosques de Asturias se llenan de uno de los frutos más populares entre los recolectores aficionados: la castaña.

Caminar está muy bien, pero si eres un auténtico aventurero no hay nada como recorrer Asturias a golpe de pedal. Ya sea por caminos, carretera o campo a través, los entornos y parajes de Llananzares nacieron para ser atravesados a toda velocidad a lomos de una buena bici de montaña.

Se acerca el Otoño, y con él llega uno de los espectáculos naturales más exclusivos de nuestro entorno: la berrea del venado asturiano. Durante veinticinco días al año, los machos de esta especie hacen gala de su majestuosidad y compiten sin descanso por el liderazgo de la manada, bramando a la puesta y salida del sol para impresionar a las hembras y amedrentar a sus competidores.

Tanto si lo que te va es la carne como si lo tuyo es el pescado, aventúrate en los territorios salvajes del norte recorriendo valles, ríos y bosques siguiendo el rastro de tu pieza favorita.

Durante décadas se le persiguió a lo largo y ancho de la península. Ahora, lucha con garras y dientes para sobrevivir a su propia extinción. Déjate llevar por tu lado más aventurero y aprovecha una oportunidad única para conocer de primera mano el hábitat y las costumbres del lobo ibérico, el gran cazador cazado.